El fracaso sistemático de todo lo diverso: Trump y la caza de brujas Anti Woke Americana
Analizo el hecho de que Trump no es, ni será, el problema en sí mismo, sino que es el síntoma de una sociedad enferma que ha creado una caza de brujas contra contenidos diversos.
Ha ganado Trump, otra vez, y por lo que parece, este nuevo mandato va a ser más dictatorial que el anterior. Muchos personajes famosos de EE. UU. se han echado las manos a la cabeza por esta nueva reelección, ya que prácticamente tenía a todas las caras visibles del entretenimiento en su contra, pero lo que pocos analizan es que Trump no es, ni será, el primero en sí mismo, sino que es el síntoma de una sociedad enferma.
Trump es el reflejo de la radicalización que hemos ido viendo en internet los últimos años, tanto en la sociedad americana como en la europea, y todo tiene su base en el hombre cis hetero. No en todos, sino en el movimiento supremacista blanco o, llamándolo de otra manera: los hombres heteros cis básicos.
Pero vamos a analizarlo detenidamente y definir conceptos. ¿Qué es un hombre hetero cis básico? ¿Se está definiendo a todos los hombres heteros? Rotundamente no.
Los hombres cis hetero básicos son un subgrupo de hombres heteros con tendencia al machismo, racismo, homofobia y un tanto victimistas. Son aquellos a los que la vida les ha pasado por encima y no saben lidiar con sus propios problemas. Adultos no funcionales que no han madurado, no por jugar videojuegos, sino porque una sociedad patriarcal y machista no les ha dejado, haciéndoles constantemente los protagonistas de todo, entre otras muchas cosas.
Al tener constantemente ese protagonismo en el cine y las series (el concepto de hombre blanco héroe americano que salva a la chica), en los anuncios (utilizando a la mujer como objeto sexual para vender cualquier cosa) o como mártir (el concepto de hombre que provee y protege a su familia, que tiene que sacrificarse por la misma), los ha puesto en una posición donde no son capaces de enfrentarse a una realidad diversa y, a la vez, se convierten en víctimas. Este concepto que aúna estos otros tres, lo llamo “héroes protagonistas de la vida”.
Como están acostumbrados a ser los “héroes protagonistas de la vida”, la llegada (llamémosle “evolución social”) de voces disidentes con ese canon hace que tengan la falsa creencia de que están “relegados”, cuando la representación no llega ni al 13 % en películas de acción, scifi o fantasia. Por no hablar de personajes protagonistas, donde prácticamente no hay nigun@ en dicho género. No solo eso, si no que la presentación total, bajo un 1.2% entre 2022 y 2023.
Empezaron llamándolo “inclusión forzada”, dando piruetas mentales para justificar lo que yace en el fondo: esa homofobia y racismo. Que si cambian a los protagonistas, que si la “justificación gay”, que si el personaje “original no era negro”, que si “la sirenita negra no es mi sirenita”. Luego, cuando esos argumentos se caen por su propio peso, sacan a relucir la verdad: les molesta que un hombre hetero blanco no sea el protagonista de la aventura.
¿Y qué ha creado la “evolución social”? Una ola en contra de señores de 40 años con mentalidad de niños de 12 a los que la vida, en el amplio espectro de la palabra, les está pasando por encima en todos los aspectos. Llega a ser tan extremadamente absurdo que esos mismos que se quejan de todas esas cosas están rodeados en su día a día de personas gays, lesbianas o negras, pero en su cabeza no lo “asocian”. No son capaces de entender la realidad que viven con la realidad que “ven”, porque no están acostumbrados.
Y es aquí cuando empiezan a lamerse las pollas entre unos y otros, porque claro: “los hombres heteros tenemos menos derechos”, “ya no hay nadie normal en las series” o “hacen a los protagonistas débiles”. Se ha creado un sentimiento victimista entre su comunidad de hombres heteros básicos, una cámara de eco hunga-hunga, donde no quieren evolucionar ni entrar en el año 2024, porque eso significaría deconstruirse y volver a aprender todo de cero. Admitir que estaban equivocados.
Pero para sus cabezas, al no tener herramientas sobre inteligencia emocional o directamente madurez, eso no es una opción, por lo que eligen seguir emperrados en la opción de la cueva y en la cámara de eco, extremando sus posturas cada vez más. No han tenido que practicar algo que los gays, lesbianas, trans e incluso mujeres cis llevan haciendo toda la vida: la empatía.
Como persona fuera del “tópico social” en cine, series y videojuegos, durante años no has existido por culpa de “exclusión forzada”, y te has tenido que ver reflejado no en el aspecto físico del personaje, sino en su historia, por lo que has trabajado toda tu vida la empatía, independientemente del personaje que estabas viendo. Algo que ellos no han tenido que hacer porque siempre eran “los protagonistas”, física y literalmente hablando. Uno de sus muchos privigelios. ¡Como te vas a sentir con otra cosa que no sea Kratos!¿son identificado con una mujer, venga hombre!
Además de todo esto, en el sentimiento de victimismo también viene incluido el de la “libertad de expresión”, confundiendo su racismo, machismo u homofobia con libertad de expresión y, encima, para rizar el rizo, creyéndose con el derecho de que la sociedad debe “esperarlos” para que entiendan de qué va la vaina.
Es decir, el resto de mortales debemos entender su victimismo, compartirlo y ayudarles a superarlo. El bully de instituto pidiéndote, por favor, que entiendas que, claro, necesita otros 40 años para entender que ser racista, machista u homófobo está mal y que “necesita su tiempo” para asimilarlo. Mientras tu, no seas visible, que eso le molesta.
¿Y qué tiene que ver Trump en todo esto? Pues que Trump y la extrema derecha en general son simplemente uno de los síntomas de todo este movimiento de hombres heteros básicos e inmaduros que se sienten víctimas de la evolución humana, ni más ni menos.
Empezaron como cuatro lerdos en redes sociales, pero se han convertido en hordas, tanto como para hacer fracasar películas que hace 5 o 10 años habrían sido un exitazo en taquilla. Ejemplos hay muchos: The Marvels porque está protagonizada por mujeres, Lightyear y la polémica de su beso de 2 segundos, The Joker 2 porque es un musical y Lady Gaga es de gays, etc., etc.
Incluso en el mundo de los videojuegos, propiciando una caza de brujas contra juegos que tienen un mínimo de diversidad (existen grupos organizados sobre esto en Steam y otros lugares para boicotear juegos por el simple hecho de que aparezca la palabra “gay”, que algún desarrollador esté en contra de estas cazas de brujas o absurdeces todavía más nimias) o tomando como extraordinarias cosas que llevan siendo así desde los 90 (como que una mujer protagonice un videojuego).
Y se vienen más. Este movimiento que ha encumbrado a Trump y que es más del 50 % de la población con derecho a voto de EE. UU. va a hacer que el entretenimiento se estremezca en los próximos años, porque además ya está pasando en Europa, España y más paises. Me veo venir fracasos en taquilla como Capitán América 4: New World Order, porque “han cambiado al Capi y han puesto a un negro”, cuando esto iría directamente en contra de su primer argumento de “hay que ser fieles al material original”.
Películas como RED o Mundo Extraño, que son de las mejores y más adultas que ha hecho Disney/Pixar en los últimos años, van a dejar de existir porque son de “girls & gays”, y vamos a volver a guiones planos y dedicados a heteros básicos que llevan a su familia al cine, como el despropósito navideño de Red One, cuyo único objetivo es darle una palmadita en la espalda a todos esos heteros básicos que se han convertido en padres y adultos no funcionales, en plan “no pasa nada porque sea un mierda de padre, pide perdón en Navidad y arreglao”.
Estos son los primeros síntomas, pero se viene más y peor. Disney ha vuelto a poner publicidad en X, la red social ahora de Trump por antonomasia, y la derecha está más cerca de Trump que nunca, censurando los contenidos diversos como por ejemplo el beso en Lightyear o que Riley sea gay en Inside Out 2.
El futuro lo veo oscuro, pero porque esta mentalidad ha calado en nuestra sociedad, donde gente con poco o ninguna inteligencia emocional y/o empatía, está tomando de nuevo el discruso y las riendas, en vez intentar entender la evolución humana, la empatía y el respeto.
Es cierto que ellos, de alguna u otra forma, han sido víctimas del sistema heteropatriarcal, pero también es cierto que todos de alguna u otra forma hemos sido víctimas de ese sistema y hemos sabido adaptarnos, madurar y evolucionar. Ahora le toca adaptarse a ellos y no solo no quieren, si no que responden con un ataque sin precedentes para no perder sus privilegios. Esa es al diferencia.